viernes, 4 de mayo de 2012

¡A despertar el sujeto colectivo! De la claustro-fobia a la democratización…



Hoy nos encontramos con que la Dirección de la Carrera de Trabajo Social (que está en manos de la Agrupación Lucía Cullen desde hace más de 16 años) manifiesta haber aprobado una propuesta de Reforma Curricular. El argumento principal para forzar el cierre del proceso pareciera ser la extensión temporal del mismo y que ya es tiempo de conformarse con lo que consideran como “posible”. Más allá de los dimes y diretes sobre lo ocurrido en la última Junta, es necesario asumir que este proceso de reforma curricular se ha visto marcado por destacadas irregularidades por las cuales hoy rechazamos la supuesta aprobación de la propuesta de plan presentada por el Equipo Técnico de la Dirección, así como entendemos no logra superar los nudos problemáticos que dan lugar a la necesidad de la reforma. De ahí, que sigamos aportando con esta propuesta, insistiendo en la necesidad de continuar con este proceso de reforma, de seguir democratizándolo. 
A lo largo de todos estos años, hemos apostado de forma genuina a una democratización de este proceso, aportando debates de calidad para identificar los nudos problemáticos de la actual currícula e incluso fundadas y ricas propuestas no sólo sobre el contenido sino sobre la forma en que se debía llevar adelante dando lugar al conjunto de la comunidad académica. Durante estos 12 años hemos trabajado en conjunto con otras organizaciones y estudiantes, docentes y graduadxs en espacios colectivos y abiertos de intercambio, debate y producción. Lo más rico de todo esto, es que no lo hemos hecho a puertas cerradas, ni concibiéndonos como lxs únicxs portadorxs de “verdad”. Todo lo contrario.
Asumimos que un proceso de Reforma Curricular implica un debate serio sobre qué profesionales queremos ser y esta pregunta es esencialmente política. Democratizar el acceso a esta pregunta es vital para poner en cuestión el hecho de que, allí donde existen “distintas ideas”, existe en verdad una disputa de ideas, y que es preciso encararla para hacer crecer nuestra profesión. Democratizar las posibilidades de ir respondiéndonos esta pregunta significa no sólo asumir un compromiso sino que es una oportunidad de aprendizaje que no podemos permitir que nos sea vedada: queremos aprender de nuestra formación, des-aprendiendo lo que consideramos natural. No es una propuesta inocente, lo sabemos. La riqueza de las respuestas que podamos desarrollar, radica en la posibilidad de que todxs seamos partícipes de su elaboración y resolución. Es claramente parte de un proyecto político: transformar las relaciones por las cuales producimos conocimiento, apuntando a un saber crítico de sí y de la vida social. Y es, no por casualidad, bastante distinto a lo que pasa en la facultad, en las aulas, en las Juntas de Carrera, donde no todxs somos reconocidxs como iguales para debatir, ni para decidir, ni tampoco como interlocutorxs válidxs para enriquecer discusiones. 
Para nosotrxs democratizar es apostar a otra construcción de relaciones entre estudiantes y docentes, es dialogar, aprender y construir colectivamente conocimiento crítico. Es también participar con voz y voto en los espacios del Centro de Estudiantes,  en las aulas, asambleas, actividades, en todas las propuestas que abonan a una participación genuina y horizontal. 
Por ello no podemos dejar de lado que luchar por la democratización de la universidad implica también hacerlo en los espacios de co-gobierno. En este sentido es fundamental democratizar la Junta de Carrera como espacio de debate y decisión, buscando formas de organización alternativas a la propuesta anti-democrática que nos presentan hoy los mecanismos institucionales (con el voto ponderado que vale más o menos dependiendo del claustro al que pertenecemos: docentes, graduadxs o estudiantes). Es decir, debemos seguir fortaleciendo los espacios abiertos y horizontales actuales y crear los que sean necesarios para que todxs podamos ser partícipes activxs en la decisión sobre las cuestiones que hacen a nuestra formación y a la universidad en general. 
Entendemos que el Espacio Abierto de Trabajo Social es un gran avance en ese sentido, como un espacio de elaboración colectiva para la carrera y de mandato para la participación de los consejerxs en la Junta. De esta forma avanzamos en generar espacios de base que superen la división en claustros, donde decidamos colectivamente qué iniciativas tomar, construyendo conjuntamente la carrera que queremos.


Este asunto esta ahora y para siempre en tus manos
Como decíamos, nos queda un largo camino por recorrer, por dos grandes razones. La primera: no todo está dicho en este proceso de reforma, aún tenemos muchos recursos que desplegar para seguir profundizando qué profesionales queremos ser y dar una lucha por nuestra educación. Pero, además, lejos de cerrarse un proceso está empezando otro importantísimo: queremos ser protagonistas de cómo se lleva adelante el plan de estudios (con cátedras paralelas, con más  cargos docentes, con nuevas materias optativas, etc.). Y también, como venimos haciendo, queremos seguir ensayando experiencias colectivas de aprendizaje para seguir construyendo conocimiento crítico: experiencias de producción con organizaciones sociales; cátedras libres que aborden los temas que necesitamos para pensar e intervenir sobre la realidad; estas son sólo algunas de las propuestas que tenemos.

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