jueves, 11 de octubre de 2012

El Viejo Topo responde... y pregunta sin parar Documento de Debate Político ante las elecciones de Centro de Estudiantes




El Viejo Topo Responde.. y pregunta sin parar!
Documento de debate  político ante las elecciones de Centro de Estudiantes.

Nuevamente llega, como todos los años, el período electoral. Si bien no creemos que este sea el momento más central, ni el determinante de nuestra actividad en la Universidad; entendemos que es un momento en que la mayoría de lxs estudiantes nos volvemos más atentxs a los debates políticos que atraviesan la Facultad. Por lo tanto, te proponemos aprovechar estos días para reflexionar sobre el momento actual de Sociales y el CECSo. Este documento que elaboramos desde El Viejo Topo CAUCE (en El Empuje) busca ser un aporte para el debate sobre cómo debemos construir un movimiento estudiantil de lucha, organización y construcción creativa. Para que tu voto no sea un voto pasivo, acompañalo con una reflexión participativa y colectiva.


Dónde estamos paradxs? Sociales: un síntoma del discurso oficial

El año pasado el kirchnerismo lograba la victoria en las elecciones de octubre con un 54% de los votos. Se nos abrieron, a quienes apostamos desde la izquierda a construir una sociedad sin explotadores ni explotados, varios interrogantes sobre qué curso seguiría el gobierno y, sobre todo, cómo seguir pensando una práctica política transformadora en este contexto más complejo para nuestro discurso y práctica, que períodos anteriores.

Los primeros meses del 2012 sorprendieron por el tipo de política que se dio el Gobierno Nacional. El verano se vio marcado por los techos que el oficialismo pretendía imponer en las negociaciones salariales, las subas a las tarifas del transporte, la Tragedia de Once y la alianza del gobierno con las mineras extranjeras. Así comenzaba a ponerse en evidencia que Argentina no podría “desacoplarse” de la economía internacional y que la crisis que está afectando a los países centrales, tarde o temprano terminaría llegando a nuestro país ¿Cómo manejar entonces esta coyuntura que aparentemente venía a reducir la espalda del gobierno? ¿Se produciría un ajuste? ¿Qué tipo de ajuste?

El gobierno no tardó en articularse para dar una respuesta que hiciera de contrapunto a este inicio fatídico de verano. La estatización del 51% de las acciones de YPF rompió con la inercia de quienes anunciaban una “derechización del gobierno”, la ley de identidad de géneros, la iniciativa por ampliar la ciudadanía política permitiendo el voto desde los 16 años, son algunas de las iniciativas que marcan la tendencia pendular de este gobierno, que es capaz de combinar medidas de innegable progresividad, con otras tales como la represión de movimientos por abajo, la utilización de patotas en el ámbito sindical, el mantenimiento de una inflación elevada que deteriora el salario de lxs laburantes así como la precarización que afecta casi de la mitad del pueblo trabajador, la continuidad de un capitalismo basado en los agronegocios, el extractivismo y la primarización de la economía, por sólo nombrar algunas de ellas. Esta política “pendular” no debe confundirnos y llevarnos a pensar que existan aspectos “buenos y malos” del gobierno, a “defender” y a “rechazar”. Se trata justamente de construir una mirada global y que nuestra medida de la progresividad o regresividad de políticas determinadas sea el grado en que fortalece, abre cursos o más bien encorseta, debilita, desmoviliza a las clases populares.

Como siempre decimos, la Universidad no puede pensarse aislada de la sociedad donde se desenvuelve y hoy en día, con mediaciones y particularidades, tiene un rol en la configuración del mentado “modelo”. Observamos que el desarrollo de un modelo con elementos neodesarrollistas y extrativistas exigen de alguna manera la actualización del esquema educativo, tanto en el nivel secundario, así como en el terciario y en el universitario. La creación del Ministerio de Ciencia y Técnica muestra la relevancia que se le otorga a la producción de cuadros técnicos vinculados a las ciencias duras, así como futuros funcionarios estatales e ideólogos del modelo. Esta relevancia no va acompañada de una especial inversión y de largo plazo en la educación. Son numerosas las muestras de ello. A fines del año pasado, el sistema de investigación colapsaba luego de un engrosamiento del número de becarios, reduciendo su ingreso a la carrera. Por otro lado, avanza la acreditación de carreras a la CONEAU, dando como resultado, entre otras cosas, el pasaje de contenidos de grado a posgrado (muchos de ellos pagos) y la devaluación de los títulos. Este año, sin ir más lejos, las cesantías permite aliviar el presupuesto deshaciéndose de docentes con años de antigüedad en la facultad sin pagarles la indemnización que corresponde por despido y sin plantearse como una jubilación (sin acompañarse esto tampoco de una política por la regularización de lxs docentes sin renta ni nombrados, que son miles en toda la UBA).
  
Las autoridades de Sociales, afines al kirchnerismo, realizan una afirmación discursiva sobre la gratuidad y la educación como derecho universal. Pero no existió el más mínimo interés en tener una política seria en lo relativo a becas, comedores universitarios, u otro tipo de medida que permita el ingreso, permanencia y graduación de aquellos sectores de la población que nunca van a llegar a la Universidad. Tampoco se avanzó desde las autoridades de la Facultad en el mejoramiento de las condiciones de cursada. Los únicos avances obtenidos fueron mediante la lucha del movimiento estudiantil y, hoy más que nunca, tenemos que estar antentxs para que se cumplan nuestras conquistas, dado que la gestión de Sociales pretende realizar una mudanza precaria al Edificio Unico, sin contemplar la necesidad de una biblioteca, sala de lectura, sin presupuesto para un comedor universitario, entre otros problemas.

Ahora bien, el problema de nuestra educación no sólo es presupuestario, sino que se vincula al tipo de conocimiento que se produce. Además de los convenios con grandes empresas para formaciones y pasantías, nos interesa problematizar la orientación teórico- política de los saberes que producimos. En Sociales lo vivimos en carne propia y se visualiza en la reforma de los planes de estudios. Estas reformas se caracterizan por un sesgo notoriamente antidemocrático que es el que habilita los arreglos y consensos en el claustro docente, manteniendo un clima ‘conservador’ en medio de lo que debiera ser un clima de debate, crítica y transformación. Por otro lado, también permite filtrar expresiones teórico- políticas que no se adecúan al discurso hegemónico de las carreras en cuestión, como se trató de hacer en Trabajo Social, donde se pregonaba un Trabajo Social “nacional y popular”, proponiendo contenidos vinculados al discurso legitimante del gobierno en la actualidad (Estado como agente por el bien común, docilidad ante las políticas sociales vigentes, etc.).

Es preciso, empero, tener como norte para nuestro análisis los modos particulares en que se expresa el kirchnerismo en nuestra Facultad y poner la mirada en las contradicciones que su propio discurso abre para cuestionar su política y llegar a cada vez más compañerxs.



 

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